Durante la administración del expresidente Donald Trump en Estados Unidos, aquel gobierno se opuso firmemente a la llegada de migrantes sin permisos de residencia. En contraste, Joe Biden en los primeros meses de gobierno, tomó distancia de esas políticas, afirmando que para 2019 podrían acoger hasta dos millones de personas huyendo de situaciones de riesgo. Sin embargo, la llegada masiva de solicitantes de asilo ha generado una gran presión sobre los recursos de inmigración estadounidenses, convirtiéndose en un desafío crucial para dicho país al igual que para México que también experimenta presiones para frenar el flujo migratorio de América Central y del Sur.
En este contexto, destaca la necesidad de monitorear los movimientos migratorios y analizar el papel de México en este fenómeno regional donde miles de personas buscan desesperadamente moverse en busca de nuevas oportunidades. Con esta herramienta es posible visualizar longitudinalmente el fenómeno migratorio. Esta primera parte (aquí puedes consultar la segunda entrega) de tres, se enfoca en la procedencia de las personas migrantes y el número de casos que se han presentado ante la autoridad migratoria en la última década (desde 2014 hasta 2023).
Históricamente México ha sido un país expulsor de población, pero no solía ser un destino que recibiera un número significativo de personas migrantes buscando establecerse. A pesar de que el país no es la meta final de estas personas, provenientes principalmente del centro y sur del continente americano, sí tiene tareas y, por ende, la necesidad de definir una política migratoria, de acuerdo con el maestro Manuel Villegas, Coordinador del programa de Licenciatura de Relaciones Internacionales, Campus San Rafael de la UVM, México.
El tema migratorio ha tomado relevancia debido al incremento de personas de distintas nacionalidades que ingresaron a México por la frontera sur. Si bien, este grupo busca llegar a territorio estadounidense, su llegada ha llevado a la discusión de qué acciones tomar con respecto a las llamadas “Caravanas migrantes”.
Si tomamos como referencia los datos publicados por la Secretaría de Gobernación (SEGOB) sobre el número de las personas migrantes detenidos por las autoridades migratorias mexicanas, estos pueden indicarnos qué tanto han cambiado los flujos de migración. Al observar las cifras podemos identificar que han cambiado en intensidad como en procedencia en el transcurso de los años.
El mapa anterior nos permite conocer el país de procedencia de las personas migrantes y también la cantidad de extranjeros que fueron presentados ante las autoridades migratorias por entidad federativa (la intensidad del color refleja mayor número de casos, podrá apreciarse que la ocurrencia de eventos se concentra en estados de la frontera norte, frontera sur y estados del Golfo de México que marcan la ruta para las entidades federativas del noreste).
Tomando en cuenta el número de eventos de extranjeros presentados ante la instancia migratoria la variación de los sucesos es la siguiente: 2014 el registro es de 127,149 casos; 198,141 en 2015; 186,216 en 2016; desciende a 93,846 en 2017; en 2018 es de 138,612; y en 2019 se contabilizaron 182,940. De estos, entre el 80% y 90% procedía de algún país centroamericano y en los registros oficiales se nota el incremento de migrantes asiáticos y africanos. Como consecuencia de la pandemia de covid-19, en 2020 esta cifra descendió marcadamente a 82,379, sin embargo, a partir 2021 ascendió notoriamente: en 2021 se registraron 185,319 casos; en 2022 llegó a 314,639; y en 2023 sumaron 566,361. Destaca en este último periodo el auge de personas migrantes provenientes de tres principales países de Sudamérica: Venezuela, Colombia y Ecuador. Lo cual Este auge empata con el inicio de una política migratoria más abierta por parte de EE.UU. y los conflictos políticos y económicos internos de dichos países.
A pesar del incremento de personas migrantes procedentes de Latinoamérica llevadas ante las autoridades mexicanas, hay que tomar en consideración que esta población es numéricamente inferior en comparación con otras naciones. De acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas, en el año 2020, las personas migrantes en todo el mundo sumaban 281 millones.
Mientras que el gobierno estadounidense exige al gobierno mexicano controlar los flujos migratorios, México también tiene la obligación de atender la problemática con una política apegada a los derechos humanos y de ayuda humanitaria, misión que resulta compleja de acuerdo a resultados de la encuesta "Migración, apreciaciones hacia dentro y hacia afuera de la frontera” del Centro de Opinión Pública de UVM que revela una postura contrastante en relación al trato y derechos de las personas migrantes. Por ejemplo, 94% de los mexicanos considera que los migrantes mexicanos radicando en Estado Unidos deben tener derecho a empleo, pero únicamente 72% considera que las personas migrantes latinoamericanos en México deben contar con este mismo derecho.
Los datos presentados evidencian como han cambiado los flujos migratorios en los últimos años y ayudan a poner en perspectiva la dimensión de los movimientos migratorios en los últimos años, lo cual a su vez nos puede ayudar a comprender, como lo señala el maestro Manuel Villegas, que México es principalmente un “filtro” para llegar a Estados Unidos y, por razones geográficas, la frontera sur mexicana es el espacio de entrada de la migración de los países centrales y del sur del continente.
Claramente México tiene labores pendientes que abarcan tanto estrategias en su frontera como tareas para minimizar los distintos riesgos que enfrentan las personas migrantes que atraviesan el territorio nacional, entre ellos, la exposición a la delincuencia organizada internacional, trata, narcotráfico o la estigmatización o manifestaciones xenofóbicas.
La segunda parte de este análisis de datos se enfocará en mostrar los principales riesgos a los que se enfrentan las personas migrantes en su transito por México.